domingo, 21 de noviembre de 2010

DOMINGO...CUATRO DE LA MADRUGADA

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Comienzo con puntos suspensivos...que significan un poco el interrogante de lo que siento. Aunque si soy sincera...totalmente sincera...si soy sincera digo, las lágrimas corren ahora mismo por mis mejillas...
Ha sido, ES, mi última noche en Bogotá. Reservé mesa para casi quince personas en un restaurante...solo fuimos once...bien...está bien. Eché de menos a otros...y aunque no estuvieron, les sigo queriendo...así es la vida, y así es el mundo y así soy yo...
Miguel me ha dicho antes de despedirse a una frase mía de:  "a mi edad", que: "cómo te gusta presumir de tu edad"...Sí corazón, presumo de mi edad por dos cosas...una porque creo que soy y estoy "estupenda" para la edad que tengo, y otra porque la edad y la "terapia" no me han enseñado a no "sentir mi sentir"....bien otra vez...sigo siendo sensible a pesar de los "glopes" que me han dado a lo largo de los años, y por tanto, a través de mi "edad"...
No me he sentido bella hoy, como no me he sentido bella en los últimos días...no me gusto demasiado...no me he estado gustando demasiado en los últimos días, pero...sí que me he sentido querida por personas maravillosas esta noche...
Me quedo con eso...me quedo con todo...
Buenas noches...madrugadas...
¡¡¡Ahhh!!!...y me han regalado una esmeralda...una "lágrima" más en mi corazón...

1 comentario:

  1. Mi muy estimada señora (porque poca gente como usted se merece el apelativo de señora) le escribo unas líneas para dejar constancia de mi admiración hacia usted y de mi alegria por este intemedio que la vida nos ha proporcionado. Creame que mi intención no es contrariarla, ni en su apreciación de su propia belleza, ni en su sentirse a si misma como decida. Pero no puedo por menos que recordarla su propia vida (que desconozco) y su propia experiencia (que no me interesa) como prueba de la dulzura de un alma que, y esto no me lo podrá cuestionar nunca nadie, el dia que deje de brillar, hará opacas no solo las esmeraldas, sino el rocío de la mañana en todo el universo. Y no hay nada más bonito en otoño que el rocio de la mañana sobre el verde de una hoja de camelia.
    Asi que, desde esta corta soledad que vivo sin usted, permitame que la inste a seguir brillando, no por mi (eso será en exceso pedante y mezquino) sino por el resto delos mortales que aún no conocemos.
    Sin mas que comunicarle, permitame besar la punta de sus dedos con respeto.
    Suyo afectisimo
    Klaus Von Dritch

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